La representación de una empresa y lo que verá el público al final es la identidad corporativa. Para que sea coherente debe estar pensada y organizada desde el principio, una empresa que cada día se presenta de una nueva forma grita: ¡NO SE QUE HACER!

Lo primero después de la idea en la que se basa tu producto o empresa es ponerle un nombre. Este es el puerto de salida y si no lo llamamos correctamente el viaje irá a pique en la primera travesía.

El nombre marcará la línea estética de todo lo que hagamos; debería ser atractivo, sencillo y memorable. De este punto partirá el diseño del logotipo, diseño gráfico de toda la empresa, tipografías, colores, papelería corporativa… Esto se recogerá en un manual de estilo donde se plantean todas estas variables.

 

 

Sin embargo, no es el único manual que se debería de tener. Hoy en día con las redes sociales los Community Managers necesitan unas pautas para evitar que arruinen todo el prestigio que has acumulado con tanto trabajo. Los ZASCAS épicos están a la orden del día y a pesar de que la publicidad es publicidad, que asocien tu empresa a un comentario desafortunado puede acabar mal.

 

Consejo del día, si hay personas que se dedican a ello por algo será.